Ir al contenido principal

La Teología de Juan Wesley


El Amor de Dios
De todas las doctrinas halladas en los escritos de Wesley, el amor de Dios es la más destacada. Wesley creía fervientemente que el Dios de la Biblia, el Creador del mundo, es un Dios de amor. En todas sus predicaciones enfatizaba la gran verdad de Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito.” Ciertamente Wesley creía que todos hemos pecado y que estamos bajo condenación. Pero para Juan Wesley esa era solo una cara de la moneda. Dios no ama nuestro pecado, pero nos ama a nosotros. De hecho nos ama tanto que envió a Su Hijo, Jesucristo, para ser el Salvador de todo el mundo.

Juan Wesley se oponía particularmente a la doctrina del amor parcial de Dios. Predicó y escribió abiertamente en contra de la enseñanza de que Dios solo ama a algunoslos llamados predestinados. Por 50 años predicó el amor universal de Dios. Wesley enseñaba que todo el mundo, en todo lugar, pueden ser salvos, porque Dios les ama y Cristo murió por ellos. Esta teología es la base del gran ministerio de Wesley. Cuando predicaba, le decía a tanto a hombres como a mujeres no solo que necesitaban arrepentirse sino también que podían ser salvos. No hay barreras para el amor de Dios. En cualquier lugar del mundo en el que vivamos, independientemente del color de nuestra piel, el idioma que hablemos o nuestro nivel social, Dios nos ama a través de Su Hijo que murió por nosotros.

Cuando Juan Wesley agonizaba en Londres en marzo de 1791, hizo una última solicitud a sus amigos. Les pidió que repartieran copias de su sermón “El Amor de Dios”. La petición se cumplió y se distribuyeron 10 mil copias del sermón gratuitamente. En la hora de su muerte, como en todos los años de su ministerio, Juan Wesley siguió predicando del amor de Dios.

Salvación por la Fe
La teología de Juan Wesley también enfatizaba la salvación por la fe. La buenas nuevas del evangelio son que podemos ser salvos de nuestros pecados a través de la fe en Cristo. Por salvación Juan Wesley se refería a todo el proceso por el que somos transformados de pecadores en hijos de Dios. Funciona de esta manera: Cuando escuchamos el evangelio, normalmente a través de la predicación, el Espíritu Santo nos convence de que somos pecadores. Pero el evangelio también nos muestra que Cristo murió por nosotros y que la salvación es por la fe en Él. El Espíritu nos da entendimiento para arrepentirnos de nuestros pecados y creer en Jesús como nuestro Señor y Salvador. En los miles de sermones que Juan Wesley predicó, principalmente al aire libre, aparecen una y otra vez dos de sus textos favoritos: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31) y “Por gracia sois salvos por medio de la fe” (Efesios 2:8). En pocas palabras, Wesley creía que la salvación por la fe es el evangelio Cristiano, y todo su trabajo durante 50 años consistió en proclamar es verdad esencial. Los teólogos a menudo usan el término soteriología, que quiere decir doctrina de la salvación. La teología de Juan Wesley era eminentemente soteriológica. Una vez, en una carta a su hermano Carlos, escribió, “Tu y yo nos dedicamos a salvar almas”. Se refería a que proclamar la doctrina de la salvación por la fe era su principal tarea como predicadores.

Esta doctrina de la salvación por fe no quiere decir que Dios hace todo y que nosotros no tenemos ninguna responsabilidad en nuestra salvación. Solo la gracia de Dios puede salvarnos, pero Dios no nos la impone por la fuerza. Cuando Juan Wesley predicaba la salvación por la fe, discutía, explicaba y animaba a hombres y mujeres a responder a la invitación. Dios da a los pecadores la bendición de escuchar el evangelio, con la que comprenden el evangelio y por la que pueden (pero no a la fuerza) poner su fe en Cristo. La doctrina de la salvación por la fe nos trata como personas responsables y con entendimiento. Podemos responder a la gracia de Dios y ser salvos. Y de igual forma, podemos ignorar o rechazar Su gracia y entonces traernos juicio y condenación.

El Testimonio del Espíritu
La teología de Juan Wesley incluía la doctrina del testimonio del Espíritu, el privilegio de cada creyente de tener la certeza de que sus pecados han sido perdonados. Al predicar esta doctrina, Wesley hacía referencia generalmente a Romanos 8:16 “Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios.” Wesley identificó y enfatizó dos partes de este testimonio del Espíritu. Primero está la seguridad interna en nuestros corazones de que Dios ha perdonado nuestros pecados, nos ha adoptado en Su familia y nos ha dado vida eterna. Luego hay un testimonio externo, la evidencia de una vida siendo transformada por la gracia de Dios. El cristiano ama a Dios y el prójimo e inicia a vivir una vida que manifiesta el fruto del Espíritu.

En un principio, Wesley pensó que el testimonio del Espíritu llega a cada cristiano en el momento mismo de su conversión. Sin embargo, luego de unos años, se persuadió de que el convencimiento interno de algunos cristianos llega días, semanas o incluso meses después de su conversión. Pero nunca dejó de predicar y escribir que aunque el testimonio del Espíritu no llegara inmediatamente, definitivamente llegará, y el cristiano debe buscarlo en oración, creerlo y esperarlo constantemente. Juan Wesley sabia que esta doctrina del testimonio del Espíritu trae gran gozo y paz y convencimiento al corazón del creyente.

Entera Santificación
La teología de Juan Wesley enfatizaba especialmente la doctrina de la entera santificación. Mientras que la justificación es la condonación y perdón de nuestros pecados, la entera santificación es la purificación de nuestro pecado interior. Wesley decía que la justificación es algo que Dios hace por nosotros al restaurar nuestra comunión con Él, y la entera santificación es algo que Dios hace en nosotros, extirpando el gusto por el pecado en nosotros.

Wesley usaba varios nombres para referirse a la doctrina: perfección cristiana, plena salvación, amor perfecto, santidad cristiana y segunda bendición. Creía que Dios había levantado a los pastores Metodistas para proclamar esta doctrina de santidad bíblica por doquier. A medida que el avivamiento se expandió, Juan Wesley formó “sociedades” donde los creyentes se reunían para juntos orar y estudiar la Biblia. En estas reuniones los metodistas se animaban a buscar la bendición de la entera santificación por la fe.

Cada vez más Juan Wesley predicaba la entera santificación usando el término “amor perfecto” (1 Juan 4:18). El Espíritu Santo es el que santifica derramando el amor de Dios nuestros corazones (Romanos 5:5). Wesley enseñaba que crecemos en la gracia de Dios desde el momento que nos arrepentimos y este crecimiento es el que las escrituras llaman santificación. Por la gracia de la santificación crecemos en el amor a Dios y al prójimo, y el poder del pecado se debilita diariamente en nuestros corazones.

Pero Wesley enseñaba que Dios espera más, espera que Su pueblo experimente la entera santificación. Esta es la llenura del amor de Dios en nuestros corazones y es a lo que Jesús se refería en el “gran mandamiento” y el mandamiento en Mateo 22:37, 39: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... con toda tu alma... con toda tu mente... Y a tu prójimo como a ti mismo”. En el corazón lleno de amor a Dios y al prójimo, decía Juan Wesley, no queda lugar para el orgullo ni la envida ni el resentimiento ni el egoísmo ni el amor al mundo o cualquier otra expresión del pecado. Por la fe podemos experimentar esta entera santificación ahora mismo.

Pero Wesley también enseñó otro aspecto muy importante de la entera santificación. El creyente enteramente santificado debe seguir creciendo en amor y santidad. La santidad no es un fin en si mismo, como un tope espiritual; es más bien como una autopista con rumbo al cielo.

De todas las doctrinas que por más de medio siglo Wesley trabajó, refinó y predicó, estas cuatroel amor de Dios, la salvación por la fe, el testimonio del Espíritu y la entera santificaciónson las que el mismo llamó “las grandes doctrinas fundamentales” del verdadero cristianismo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tomar la Santa Cena "Indignamente"

En 1 Corintios 11:26-29 Pablo criticó a los corintios por su manera de realizar la Santa Cena. En Corinto, la Santa Cena era una comida grupal. Desafortunadamente, los miembros más adinerados llevaban bastante comida mientras que los pobres apenas si tenían algo para llevar. Como resultado, la Santa Cena reflejaba la división de clases que existía en la sociedad romana. Pablo amonestó a los corintios por permitir que la Cena se convirtiera en un tiempo de división en lugar de una oportunidad de unidad: "De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa." (vv. 27-28). ¿Qué quería decir Pablo con esto? Tristemente, estas palabras se han sacado de contexto para decir que ningún considerado indigno debería participar en la Santa Cena. Esta malinterpretación ha llevado a muchas personas a una innecesaria confusi...

Resurrección en la Iglesia Primitiva

En 1 Corintios 15, el texto más antiguo que hace referencia a la resurrección de Cristo, Pablo nos explica lo que la resurrección significaba para los cristianos en las primeras décadas de la iglesia primitiva. Pablo empieza su exposición utilizado dos términos para indicar cómo se transmitía la doctrina cristiana. Dice que el ha “entregado” lo que “recibió” (1 Cor. 15:3). Es decir, el relato de la resurrección se transmitió por tradición oral. Pablo no se inventó su propia versión, más bien fue un puente entre los testigos oculares y los cristianos de la ciudad de Corinto. En 1 Corintios 15:3-5 encontramos cuatro elementos de la creencia de la iglesia primitiva. Primero, que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras. El cristianismo tuvo su origen en el judaísmo y por lo tanto apelaba a las escrituras judías para interpretar su experiencia con Jesús. Segundo, que Cristo fue sepultado. No debería haber duda sobre la terrible circunstancia de su muerte y sepultura....